CAMPAMENTO BENASQUE 2024

Llevábamos soñando con volver a Pla de Rosec doce años. Doce años de ilusión, de mucho esfuerzo y de esperanza. Esperanza en que algún día volveríamos, en que encontraríamos la luz al final del túnel, y en que para Dios no hay nada imposible. Y esto es lo que hemos comprobado en este mes de julio. Después de doce años sin poder visitar nuestra casa, hemos podido volver a nuestra casa. Hemos tenido una experiencia inolvidable en Pla de Rosec, Benasque.

Hasta allí hemos podido llevar la magia de Harry Potter, temática de este maravilloso campamento. Desde nuestra llegada nos quedamos boquiabiertos con toda la naturaleza que allí aguardaba doce años, esperándonos para hacer un campamento que no vamos a olvidar nunca. Junto a Harry, Hermione y Ron nos adentramos en el mundo mágico de Hogwarts, en el que teníamos una misión muy importante: derrotar a Lord Voldemort.

Estos doce días han tenido muchos juegos y veladas donde poco a poco hemos ayudado a Harry y a sus amigos a que el bien se imponga al mal. Además, hemos tenido reuniones y oraciones donde hemos estado viendo los siete pecados capitales, los cuales hemos de combatir con las siete virtudes que Dios nos regala y que nos ayudan a vencer las tentaciones del día a día.

También tuvimos la oportunidad de recibir el domingo 14 a los padres, y de dar gracias a Dios por permitirnos volver a Benasque mediante la Eucaristía, el momento más importante de todo el campamento. Este día fue una bendición, no solo para los niños, sino para la parroquia entera.

Por supuesto que hubieron muchos momentos que quedarán en nuestra memoria, como el Día de los Juveniles que iba de Narnia, el día que fuimos de Marcha a Aigualluts, las oraciones que tuvimos, las reuniones, talleres, campeonatos, servicios… No olvidaremos nunca todo lo vivido estas dos semanas.

Sin duda, volver a Benasque ha sido otra prueba más de que Dios es misericordioso con todos nosotros, y de que siempre quiere lo mejor para esta parroquia. Esperemos seguir yendo tantos años como Él quiera, y que muchos niños se enamoren de esos prados tanto como lo hizo Don Miguel. ¡Por muchos años más! ¡Siempre Unidos!