FESTIVAL DE LA CANCIÓN

El pasado19 de febrero a las 9:30 salíamos educadores/as y niños/as desde el centro para coger el autobús que nos llevaría al parque de Benicalap, donde íbamos a celebrar, tras dos años sin poder hacerlo, ¡el festival de la canción!

Un día de convivencia y alegría, que disfrutamos con el resto de juniors de la Vicaría I, donde cantamos las canciones que con tanta ilusión habíamos preparado.

Desde aquí, dar las gracias a los secretarios y secretarias de todos los centros, así como a la delegada de zona, que llevaron a cabo todo el festival ambientado en la película de «Aladdin», intercalando tanto actividades, como bailes, e incluso un espectacular teatro, ¡nos dejaron a todos y todas con la boca abierta!

Lograron captar la atención de cada niño y niña, y nos hicieron disfrutar a cada persona que allí acudimos (padres, madres, niños, niñas, educadores, educadoras, jurado y consiliarios), ¡enhorabuena!

Fue todo un musical que nada tiene que envidiar a los de Broadway, donde además nos llevamos una gran reflexión. Nos enseñaron que el amor no es interesado, que al igual que Jasmine quiere a Aladdin por ser él, siendo ladrón y no cuando finge ser un príncipe, también Dios nos ama así, en lo pequeño, en la miseria, en la debilidad, y no por los logros, los méritos, lo listos que seamos o lo bien que cantemos, nos ama como somos y ya está.

A veces, para buscar la felicidad, tratamos a Dios como el genio de la lámpara: “Dios, apruébame este examen, Dios, que gane este partido, Dios, que gane la lotería”, sin entender que el verdadero poder de Dios es su acompañamiento durante el camino, que está contigo y no te deja solo en los momentos difíciles, que te da lo que necesitas en el momento que lo necesitas. Aladdin le pide al genio ser un príncipe, pero al final no es eso lo que necesita para ser feliz, sino que logra estar con Jasmine cuando deja de mentir.

Además, vimos que Jasmine tenía todo, era una princesa, pero era infeliz, estaba encerrada y no era libre. En la vida real pasa lo mismo, las riquezas que poseemos no nos traerán la felicidad, solo Dios lo hará. Por eso nos animaron a reflexionar si estábamos fingiendo ser alguien que no somos solo para que los demás nos acepten, para abandonar ese papel y ser uno mismo. Así, en nuestra pequeñez y acompañados por Jesús, se nos dará lo que realmente necesitamos para ser feliz.

Aquí os dejamos a los responsables de todo esto:

Y entre todo esto fuimos subiendo al escenario. Nuestro momento de protagonismo, la oportunidad para mostrar las canciones que habíamos compuesto, ya que todas fueron creadas de cero (melodía incluida), y todas relacionadas con el lema de la campaña diocesana de este curso «Viu amb ells». Un lema con el que el movimiento Juniors nos propone que salgamos puertas afuera y mostremos desde la sencillez el amor de Dios en nuestras vidas, que lo compartamos con aquellos que todavía no lo conocen.

Y así fueron saliendo todos los grupos, ¡pero lo mejor se hace esperar! Y llegó nuestro momento, los últimos, pero con la misma alegría, emoción, nervios y ganas que desde el primer minuto que pisamos el parque. Junto con el juniors Jesús Maestro, cantamos nuestro temazo «SIEMPRE FUISTE TÚ» dándolo todo, y con la que ¡ganamos el premio a mejor ritmo!. Aquí os dejamos la actuación para que juzguéis vosotros mismos:

https://drive.google.com/file/d/1TKfVryCF0u-tqiM3Ir9W8jBsPBX5xyGw/view?usp=sharing

Enhorabuena también al resto de centros, especialmente al junios Santo Angel Custodio y el juniors San Bartolomé, de la zona Ruzafa también, que ganaron el premio a la mejor canción, con su creación llamada «Él vive en ti».

Y llegó el momento de la comida, y tras ella, una gran sorpresa, la lluvia. Pero ni esto fue capaz de frenar lo que iba a ser y fue el momento más importante del día, la Eucaristía, que no pudimos celebrar, como todos los años anteriores allí en el parque, sino que cambiamos rápidamente los planes y celebramos en la parroquia de San Bartolomé.

Aquí un resumen de todo el día